Vera Muñoz, Carlos, o "Cañitas" (1920-1985).
Matador de toros mejicano, nacido en Ciudad de México el 27 de septiembre de 1920 y fallecido en su lugar de origen el 19 de febrero de 1985. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre artístico de "Cañitas". A pesar de las numerosas cogidas que sufrió a lo largo de su azarosa y temeraria andadura profesional, nunca sintió merma alguna en las exageradas dosis de valor de que hacía gala en los ruedos, que le llevaron a ser recordado como uno de los toreros más valientes de todos los tiempos.
Después de los altibajos inherentes a los duros comienzos del oficio taurino, unos meses antes de cumplir los diecinueve años de edad se le presentó la oportunidad de comparecer ante sus paisanos en calidad de novillero. Corría, a la sazón, el mes de julio de 1939, y a partir de entonces el joven Carlos Vera Muñoz ("Cañitas") certificó su intención de llegar a consagrarse como una gran figura del toreo. A pesar de estos ánimos, aún hubo de esperar un par de temporadas hasta ver cumplido su deseo de tomar la alternativa, ocasión que le llegó el día 9 de noviembre de 1941, en la plaza de toros de El Toreo. Fue su padrino de doctorado taurino el afamado diestro azteca Fermín Espinosa Saucedo ("Armillita Chico"), quien, en presencia de su compatriota Ricardo Torres, que hacía las veces de testigo, le facultó para dar lidia y muerte a estoque a un burel criado en las dehesas mejicanas de Piedras Negras. Aquella misma tarde de su alternativa quedó patente el hilo de percances sangrientos que habría de guiar toda la carrera profesional del valeroso "Cañitas", ya que el último morlaco del encierro le infirió una violenta cornada en el muslo derecho.
Lejos de acusar temor o desánimo por culpa de esta herida, Carlos Vera Muñoz continuó toreando con afición, temeridad y entusiasmo en todos los cosos de su patria y en otras muchas plazas del mundillo taurino hispanoamericano (sobre todo, en Perú y en Venezuela), y en la campaña de 1944 dio el gran salto en la andadura de cualquier torero ultramarino que aspire a consagrarse como figura del Arte de Cúchares: cruzar el Atlántico para presentarse en las principales plazas españolas.
Tras cumplir una serie de ajustes en suelo portugués, "Cañitas" fue uno de los primeros matadores aztecas que se vistió de luces en España al resolverse el conflicto que había enfrentado a los taurinos españoles con los mejicanos. En efecto, el día 10 de septiembre de 1944 hizo el paseíllo en la plaza Monumental de la Las Ventas, de Madrid, dispuesto a confirmar la validez de su alternativa ante la primera afición del mundo. Hizo el paseíllo acompañado por su padrino, el coletudo sevillano Francisco Casado Escalante, quien le cedió muleta y estoque para despachar a Atendido, un toro negro mulato perteneciente a la vacada de Concha y Sierra. El cartel de la función de aquella tarde, que era de las de ocho toros, se completaba con el torero azteca Arturo Álvarez Izaguirre -que también confirmaba en Madrid su alternativa mejicana- y el espada madrileño Ignacio Rafael García Escudero ("Rafael Albaicín"). Carlos Vera Muñoz triunfó el día de su confirmación ante la severa afición madrileña, que premió su buen hacer delante de las reses con la entrega de una oreja de uno de sus dos enemigos. Al término de aquella campaña de su presentación en las arenas españolas, "Cañitas" se había vestido de luces en España en diecinueve ocasiones.
Sus extraordinarios alardes de valor no pasaron inadvertidos en la Península, donde, durante la temporada de 1945, hizo veintiocho paseíllos. Las desgracias jalonaron con una saña especialmente cruel aquella nueva campaña de Carlos Vera, quien, en un solo año, resultó herido de extrema gravedad en el coso de Pamplona, y de forma menos preocupante en los redondeles de Madrid y de Sevilla. Por aquel entonces era el diestro de Ciudad de México uno de los espadas más queridos de la afición madrileña, que, a pesar de los referidos percances, tuvo ocasión de verlo actuar en Las Ventas durante aquel año de 1945 en cinco ocasiones.
En 1946 volvió a España para torear veintinueve corridas, cuatro de ellas en Madrid. Pero a partir de entonces su carrera comenzó a experimentar una franca decadencia, como puedo comprobar fehacientemente el público de Tolosa, en cuya plaza "Cañitas" fue incapaz de matar un toro el día 23 de julio del referido año. Así las cosas, continuó durante cinco años toreando por suelo hispanoamericano, y cuando quiso retornar a España, en la campaña de 1951, se halló con que sólo se le ofrecían ocho contratos (dos de los cuales, con todo, estaban anunciados en el coliseo madrileño). De nuevo le volvieron a castigar con dureza los toros españoles, esta vez en la localidad manchega de Valdepeñas.
Su último paseíllo tuvo lugar en la mejicana plaza de El Toreo, el día 21 de agosto de 1960, fecha en la que Carlos Vera Muñoz ("Cañitas") andaba ya muy mermado de arte y facultades (aunque bien es verdad que no de ese valor temerario que caracterizó siempre su particular interpretación del Arte de Cúchares). Aquella tarde, un toro marcado con el hierro de la ganadería de Ayala le asestó en el triángulo de Scarpa de su pierna derecha una cornada de tal gravedad, que al cabo de unos días dicha extremidad hubo de ser amputada. Retirado así definitivamente del ejercicio activo del toreo, vivió tranquilo en su ciudad natal hasta que, el 19 de febrero de 1985, le quitó la vida un repentino infarto de miocardio.
Autor: http://www.mcnbiografias.com
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disculpa, buena tarde
ResponderEliminarya sabrán algo acerca de la feria Acho 2018 - Feria del Señor de los Milagros